El año pasado será recordado como uno con altos niveles de incertidumbre y volatilidad, así como uno que los inversionistas van a querer olvidar rápidamente. En el pasado reciente, un shock particular sacudió a los mercados – la crisis financiera mundial o la pandemia de 2020 como dos ejemplos notables. Sin embargo, en 2022 hubo múltiples sorpresas al sistema financiero, cada una con efectos similarmente dañinos. En primera instancia, la confianza de los inversionistas se rompió por causa del ritmo con el que la política monetaria global se contrajo, como consecuencia de una inflación que se mostró persistente y nefasta.
Este año se retiró liquidez de los mercados a un ritmo no visto desde la década de los 70s y 80s en el mundo desarrollado.